En la parroquia Inmaculada Concepción del barrio Pichincha, Rosario, la misa del Jueves Santo se vio repentinamente interrumpida por un hecho desgarrador. Una mujer ingresó a la iglesia en plena ceremonia y dejó a su bebé recién nacido, junto con sus documentos de identidad, en el atrio del templo, antes de retirarse sin dar explicaciones. El Padre Víctor Pratti, quien presidía la misa, se encontró con una situación nunca antes vivida en su carrera sacerdotal.
El incidente conmocionó a los fieles que presenciaban la misa, mientras el Padre Víctor, conmocionado pero manteniendo la calma, continuó con la celebración religiosa. Al finalizar la misa, la intriga lo embargaba y buscó entender lo que había sucedido. Descubrió que se trataba de un bebé de apenas dos días de edad, abandonado junto con sus documentos en el atrio del templo.
Conmovido por la situación, el Padre Víctor decidió bautizar al bebé y lo llamó Lionel, en un gesto de compasión y solidaridad.
La madre del bebé, por su parte, había desaparecido sin dejar rastro, dejando a la comunidad sumida en la incertidumbre y la preocupación. El bebé fue trasladado al Hospital del Centenario en “buen estado de salud”, mientras que las autoridades trabajan para determinar el bienestar del niño y la situación de la madre, en un episodio que ha conmocionado a toda la ciudad de Rosario.