Ariel, un joven de 22 años, fue liberado tras pasar 15 meses detenido acusado de participar en una violación en banda en la ciudad de Tartagal. La Fiscalía Penal de Violencia de Género lo involucró en el caso, pero la propia víctima del delito nunca lo señaló como uno de los autores. A pesar de esto, Ariel fue arrestado y enfrentó un largo proceso judicial hasta ser absuelto bajo el beneficio de la duda.
La decisión judicial se tomó luego de que las pruebas presentadas no fueran concluyentes para incriminarlo. “No se reunieron los elementos necesarios para condenarlo”, señalaron fuentes judiciales al conocerse el fallo. Sin embargo, el tiempo que Ariel pasó en prisión fue devastador tanto para él como para su familia.
El joven relata que, durante su tiempo en detención, sufrió múltiples humillaciones y abusos, lo que ha afectado profundamente su vida. “Me hicieron sentir como un criminal por algo que no hice”, expresó con indignación al recuperar su libertad. Ahora, acompañado por su familia y abogados, planea iniciar acciones legales para exigir un resarcimiento por los daños sufridos durante su encarcelamiento injusto.
El caso ha generado una fuerte conmoción en la comunidad local, que se pregunta cómo pudo mantenerse detenido a una persona durante tanto tiempo sin pruebas sólidas. La situación de Ariel pone en el centro del debate la necesidad de una revisión profunda en los procesos judiciales, para evitar que inocentes enfrenten el calvario de ser privados de su libertad sin pruebas contundentes.
Por su parte, Ariel y su familia intentan recomponer su vida tras estos duros meses. “Nos quitaron un año y medio de nuestras vidas”, reflexionó su madre, mientras acompañaba al joven en su primer día en libertad.