La Comunidad Kolla de Tolar Grande ha manifestado su profunda preocupación por el futuro del Cono de Arita, una formación volcánica de singular belleza ubicada en el extremo sur del Salar de Arizaro, en plena Puna Salteña. Este cono casi perfecto, situado a más de 3.690 metros sobre el nivel del mar, es un importante atractivo turístico y un sitio sagrado para la comunidad local.

El temor se ha intensificado a raíz de una licitación minera que podría otorgar la concesión de 37 mil hectáreas en el Salar de Arizaro, zona que incluye al Cono de Arita. Según informó el gobierno provincial, las tierras serán ofrecidas a empresas y fondos de inversión de todo el mundo a través de un proceso de licitación pública, dividiendo el área en cuatro subáreas de entre 6 mil y 8 mil hectáreas cada una. Sin embargo, el Cono de Arita no cuenta con una declaración oficial de área protegida, lo que incrementa la incertidumbre sobre su futuro.

Ayer, un proyecto de declaración en la Cámara de Diputados, presentado por el diputado Gerónimo Arjona, proponía establecer un perímetro de exclusión de 8 kilómetros alrededor del Cono para asegurar su preservación. Sin embargo, la propuesta no fue tratada luego de que la minera Mansfield, operadora del proyecto Lindero, informara que parte de su campamento se encuentra dentro del área propuesta para protección.

A pesar de las ordenanzas municipales que ya declararon al Cono como área protegida, la falta de compatibilidad con la Ley 7070 de Medio Ambiente de Salta ha impedido su aplicación efectiva. Estas ordenanzas también prohíben expresamente que empresas mineras operen en la zona, considerada un santuario religioso por la comunidad kolla.

Con la licitación a punto de ser lanzada, los legisladores locales trabajan a contrarreloj para promulgar una normativa que garantice la protección del Cono de Arita, frente a los intereses mineros que amenazan este valioso patrimonio natural y cultural.