El 16 de diciembre, la Iglesia Católica conmemora a Santa Adelaida de Borgoña, reconocida por su vida de servicio y devoción. Hija de Rodolfo II de Borgoña y Berta de Suabia, Adelaida se convirtió en una de las figuras femeninas más influyentes del Sacro Imperio Romano Germánico. A pesar de vivir en un ambiente político lleno de intrigas, utilizó su poder en favor de los pobres y causas justas, construyendo iglesias y financiando misiones religiosas.
Adelaida fue esposa de Otón I, rey de Francia Oriental y emperador del Sacro Imperio, con quien compartió su compromiso cristiano. A lo largo de su vida, enfrentó persecuciones y retos políticos, pero nunca perdió su fe ni su vocación de servicio. Su dedicación no solo fortaleció las bases religiosas de su tiempo, sino que también dejó un ejemplo de liderazgo femenino comprometido con el bien común.
En sus últimos años, vivió en retiro como monja, dedicando su vida a la oración y a la espiritualidad. Santa Adelaida es hoy patrona de las novias, viudas y mujeres que detentan poder, recordándonos la importancia de la justicia y la fe en nuestras vidas.