La heladería Cercená, la más clásica de Salta, cumple hoy 74 años, marcando décadas de historia, tradición y sabor en la ciudad. Ubicada en Mitre 55, dentro de la galería “La Continental”, Cercená ha sido, y sigue siendo, un punto de encuentro para generaciones de salteños que encuentran en sus helados una conexión con el pasado.
Fundada por inmigrantes italianos en tiempos de posguerra, Cercená comenzó como un negocio familiar y así continúa hasta hoy, bajo la dirección de Érika Simesen, parte de la tercera generación al mando. “El sacrificio y la dedicación de mis abuelos están presentes en cada rincón de esta heladería”, comenta Érika, mientras atiende a los primeros clientes de la jornada.
En el local, las imágenes de los fundadores miran desde lo alto, recordando el origen de esta empresa que ha visto crecer a Salta. Los sabores clásicos como la Copa del abuelo, Macedonia, Cristal, Melba, y el famoso Pingüino bañado en chocolate, siguen siendo las estrellas del menú, junto a los postres helados como la Casata Imperial, Charlotte Cercená y Capricho, que deleitan a los clientes desde hace décadas.
Cercená no es solo una heladería; es un viaje al pasado, un lugar donde los recuerdos de la infancia se reavivan con cada bocado. “Muchos de nuestros clientes vienen aquí para revivir momentos de su niñez, paseos con sus abuelos, y tradiciones que han pasado de generación en generación”, señala Érika con orgullo.
El paso del tiempo ha dejado su huella en la ciudad, pero Cercená se mantiene firme, vital y siempre lista para recibir a todos aquellos que buscan un rincón de nostalgia y dulzura en pleno centro de Salta. Con la misma amabilidad y calidez que caracteriza a su personal, esta heladería sigue siendo un símbolo de la calidad y del amor por las cosas bien hechas.
En su 74º aniversario, Cercená reafirma su lugar en el corazón de Salta, no solo como un negocio, sino como una parte integral de la historia y la memoria colectiva de la ciudad.