El femicidio de Liliana del Valle Flores, ocurrido el 24 de diciembre de 2019 en Cerrillos, sigue marcando un hito trágico en la historia de Salta. Recientemente, el policía Elvio Rolando Aguirre fue condenado a dos años de prisión condicional y cuatro años de inhabilitación especial por “abandono de persona seguido de muerte”. Aguirre tenía asignada la vigilancia de la vivienda de Liliana tras una denuncia de violencia de género contra su expareja, Hedgar Exequiel Almirón, quien terminó asesinándola antes de suicidarse.
Según la investigación, Aguirre estaba distraído en una conversación telefónica personal, lo que permitió que Almirón ingresara por la parte trasera de la vivienda. Fue recién al escuchar los disparos que el policía intentó reaccionar, pero ya era demasiado tarde: Liliana había sido atacada mortalmente.
El juicio abreviado permitió la condena, aunque la familia de Liliana, especialmente su hermana Claudia Flores, manifestó su malestar con la pena. “No estamos conformes, pero no queríamos arriesgarnos a que quedara absuelto”, señaló Claudia, visibilizando el dolor y la sensación de injusticia que persiste en este caso.
La tragedia de Liliana pone de relieve las fallas en los sistemas de protección para víctimas de violencia de género y la necesidad urgente de mejorar los protocolos de seguridad y seguimiento.