En un acto realizado en la UMET, Cristina Fernández de Kirchner asumió la presidencia del Partido Justicialista y cargó contra las medidas del gobierno de Javier Milei. La exmandataria señaló una “aceptación de la sociedad a un ajuste violento” y criticó la falta de un modelo productivo bajo la actual gestión. Además, expresó su preocupación por la dolarización y sus efectos en la inflación, resaltando el impacto en sectores clave como jubilaciones y educación.
Cristina comparó la situación con políticas neoliberales del pasado y denunció un supuesto despojo de recursos naturales. También vinculó la detención del senador Kueider con el modelo económico del gobierno, calificándolo como parte de un remate de bienes del país.
Finalmente, llamó a fortalecer la unidad del peronismo, instando a su partido a retomar un rol activo y comprometido más allá de lo electoral, y buscar una alternativa sólida para enfrentar el contexto actual.