Estos últimos días se ha vuelto a profundizar la famosa grieta argentina, esta vez por las marchas para defender la educación pública. Nuestro país, salvo cuando juega la selección argentina, siempre tuvo grietas con una tendencia bipartidista. Hay que pensar en historia y recordar unitarios y federales, radicales y laboristas, radicales y peronistas, Boca y River, etc.

Tener dos polos marcados es bueno para la democracia de un país. Es el ying y el yang de los orientales o, como lo dice la biblia en Apocalipsis 3:16, “por cuanto no eres frío ni caliente te vomitaré de mi boca”. Si algo tenemos los argentinos, es que podemos defender una postura con mil argumentos.
El tema de estas dos posturas mayoritarias que siempre aparecen en nuestro país, y nuestra facilidad para acoplarnos a una, es que muchas veces (por no decir en la mayoría de los casos), las posturas tienen un desconocimiento muy grande de la ideología que se defiende.

¿Cuántos de los que se llamaban peronistas en los últimos tiempos conocían la doctrina peronista? ¿Y cuántos de los que se dicen libertarios hoy, saben lo que implica el anarco liberalismo? Hay que ponerse una mano en el corazón, y reconocer que de un lado y del otro, las mayorías de los fanáticos toman un par de puntos, y se defienden a capa y espada con esos puntos y la emocionalidad que le trae.

El problema es que la defensa fanática es peligrosa, porque carece de razón, y solo puede llevar a la violencia.
¿Cómo nos lleva esta reflexión al tema que nos atañe? La educación pública tiene sus ribetes, y tiene sus cosas para mejorar. En los niveles primarios y secundarios, la jurisdicción educativa se remite a las provincias, donde algunas andan mejor que otras, y un par andan muy mal. En las universidades, la educación es autónoma.

¿Defender la educación pública te hace ser antibertario?

Pero con todos los errores que pueda haber, y la capitalización que un gobierno u otro quiera darle, la educación pública, universal y gratuita, es ADN argentino. Belgrano las soñó, y donó su sueldo para la construcción de escuelas. En esas mismas épocas, algunos gobernadores hacían funcionar las famosas “escuelas de la Patria”. Sarmiento lucho por la educación pública, como todos sabemos.

La Universidad Nacional de Córdoba nació en el 1613, y es una de las mas antiguas de América. La UBA, nació en el 1821. Con la reforma, un radical, don Hipólito Yrigoyen, las democratizó y les dio autonomía. El peronismo en un primer momento tuvo enfrentamientos con los movimientos estudiantiles universitarios, pero cuando se comprendió la importancia, Perón les otorgó el 22 de noviembre de 1949, la gratuidad.

La educación pública, universal y gratuita, es una construcción de todos los partidos, y movimientos, incluso los que se enfrentaban a muerte, porque todos sabían que la educación es la piedra fundamental para la construcción de una nación.
Ahora hay un gobierno que plantea medidas que prácticamente obligarían a las universidades (en una primera instancia), a ser aranceladas. Sin embargo, toman medidas de ayuda al pago de cuotas de los colegios privados… es decir, sacarle al que menos tiene para pagarle al que mas tiene. ¿Está bien eso?

Hay una realidad, la gente votó este gobierno, y que haya ganado de la forma en que ganó, implica que el gobierno anterior y su propuesta de continuación fracasó. Ya sea en sus políticas, ya sea en su manera de comunicar, pero fracasó.
Milei llegó con una cantidad de propuestas muy extremas, y la mayoría de la gente decía “pero no va a hacer todo lo que dice”. El problema es que ahora quiere hacerlo, entonces hay que analizar qué, de todo eso que propuso, es bueno para el país, y que cosa no.

Javier Milei

La gente no votó quedarse sin trabajo, o no creía que iba a ser así. Por eso, los padres de nuestra patria, de manera muy previsora, crearon una república con tres poderes. Para que un poder no haga todo indiscriminadamente sin control.
Pero también es cierto que en nuestro país venimos desacostumbrados a ejercer nuestros derechos, y a dejar que quien esté en el gobierno haga lo que quiera. No nos involucramos. Permitimos que los partidos hagan de todo, y los juzgamos desde afuera, pero sin meternos para cambiar algo. “No, pero yo trabajo”… ¿y entonces quien lo va a hacer?

Derecho que no se ejerce, se pierde. “No, pero son todos corruptos y ladrones” ¿Si la gente honesta no se mete, que esperan encontrar? ¿Qué país queremos? ¿Qué país dejamos a nuestros hijos y nietos? ¿Alcanza con el voto para construir un país?
Así como nos olvidamos si somos de River o Boca cuando la selección nos regaló la tercera, seria hermoso que nos unamos en causas fundamentales. Este gobierno es un gobierno joven, y es el pueblo el que tiene que decirle “esto si, y esto no”, como deberíamos haber hecho siempre.

Claro que hoy, la forma de comunicar hace que las noticias fundamentales se dicten por titulares, no por notas, o por videos cortos con mentiras inchequeables (de uno y otro lado), a sabiendas de que nadie las va a chequear. De hecho, esta nota, probablemente sea mas catárquica que efectiva, ya que la gran mayoría de la gente, no lee.

Lo bueno, es que quizás con esta lucha por la educación, los estudiantes también aprendan a valorarla mejor, ya que no puede ser que haya estudiantes universitarios que se tomen una vida para terminar una carrera. Es su hora de defender lo suyo, lo que les legaron tantos hombres y mujeres que formaron nuestra hermosa nación.