Motochorros asaltaron a dos mujeres en VillaMercedes

En el barrio Pringles de Villa Mercedes una mujer y su anciana madre fueron víctimas de un asalto a plena luz del día, perpetrado por dos motochorros que no dudaron en atacarlas solo por un teléfono celular.

La situación de inseguridad ha llevado a que familias como la de Nora y su madre, una mujer de 85 años con problemas motrices, se vean obligadas a recluirse en sus hogares, evitando salir por miedo a convertirse en blanco de los delincuentes. A pesar de esta medida de precaución, ni siquiera dentro de su propia casa están a salvo, como lo evidencia el reciente robo que sufrieron a manos de los audaces ladrones.

El viernes por la tarde, mientras regresaban a su domicilio, fueron abordadas por los criminales, quienes sin ningún reparo las atacaron en la entrada de su casa, arrebatándoles el celular en medio de un forcejeo que las dejó en el suelo. La valentía de Nora al gritar por ayuda fue insuficiente para detener a los delincuentes, quienes huyeron impunemente.

La evidencia grabada por la cámara de seguridad instalada en la casa de Nora proporciona detalles cruciales sobre los perpetradores, incluyendo sus rostros, prendas de vestir y la motocicleta que utilizaron en su escape. A pesar de esta prueba, hasta el momento las autoridades policiales no han dado señales de progreso en la investigación, lo que ha generado frustración entre las víctimas y la comunidad en general.

La indignación y el miedo se han extendido entre los habitantes de Pringles, quienes se sienten desamparados por la falta de protección policial. Ante la falta de respuesta de las autoridades, han optado por organizarse entre ellos, creando grupos de WhatsApp que funcionan como sistemas de alerta ante cualquier actividad sospechosa en el vecindario.

Nora y otros vecinos planean llevar su preocupación directamente al Gobernador, buscando hacer oír su voz y exigir medidas concretas para hacer frente a la creciente inseguridad que ha transformado su vida diaria en una constante incertidumbre. La situación, según Nora, ha convertido el barrio en “tierra de nadie”, donde los residentes viven encerrados mientras los delincuentes campan a sus anchas.

En medio de este clima de inseguridad, la comunidad de Pringles espera con ansias respuestas y acciones concretas por parte de las autoridades, con la esperanza de recuperar la tranquilidad perdida y poder volver a transitar por las calles de su barrio sin temor a convertirse en la próxima víctima de la delincuencia desenfrenada.