El exsacerdote Julio César Grassi, condenado a 15 años de prisión por abuso sexual de menores, desató la controversia al solicitar la libertad condicional tras cumplir más de la mitad de su condena. La estrategia, que incluye argumentos sobre su buen comportamiento en prisión y su reciente graduación en derecho, generó fuertes críticas y reacciones.

Grassi, creador de la Fundación Felices los Niños, cumplirá su sentencia en 2028 en la unidad N° 41 de Campana. Sin embargo, su intento por obtener la libertad anticipada ha sido rechazado por sus abogados, quienes destacaron su historial delictivo, incluyendo condenas por malversación de fondos públicos y pendientes juicios por desvíos de fondos de la Fundación.

El abogado Juan Pablo Gallego explicó que la ley argentina no concede el beneficio de la libertad anticipada a delincuentes sexuales, y que los delitos de Grassi fueron confirmados por la Corte, lo que dificulta su solicitud. Además, se destaca que el exsacerdote planea regresar a trabajar como sacerdote, una decisión que generó incredulidad y críticas hacia la Iglesia Católica.

El caso Grassi planteó un debate que trasciende las fronteras de Argentina, siendo considerado un problema para el Papa y cuestionamiento sobre la responsabilidad de la Iglesia Católica, el Vaticano y los obispados locales. Además, se destacó la suma millonaria reclamada en concepto de daños y perjuicios, lo que añade un componente financiero a la controversia.