Blanca, una niña alegre y talentosa para el canto, sufrió una transformación inexplicable que incluyó episodios de agresividad, fiebre alta y comportamientos desconcertantes. Los médicos del Hospital Materno Infantil no hallaron causas físicas para sus síntomas, lo que llevó a una doctora a sugerir buscar ayuda espiritual.
El exorcista Loyola Pinto intervino con la autorización de la familia, realizando un ritual en la habitación de la menor. Tras el exorcismo, Blanca recuperó su tranquilidad, volvió a alimentarse normalmente y los estudios confirmaron su plena recuperación.
La familia cree que el episodio se originó durante un velorio reciente al que asistió la niña, atribuyéndolo a una presencia espiritual que “encontró un lugar en ella”.